“Creo que las estadísticas muestran que este tipo de hechos delictivos se ha reducido muy poco. Por ahí la idea era buena, pero su implementación no fue muy eficaz”, aseguró el abogado penalista José Molina. “Deberíamos analizar nuevamente los puntos débiles y que esto sirva para mejorar el bienestar de la sociedad”, agregó.
Su colega, José Luis Robles: “La solución no es la prisión preventiva porque es una medida cautelar y no punitiva. Además no funciona para hacer prevención del delito. Los problemas de inseguridad no se solucionan con normas de ese tipo, sino más bien con un plan rector para que se investigue quiénes compran en el mercado negro”.
“Otra opción viable es regular mediante normas ciertos requisitos, como el uso obligatorio de chalecos identificatorios para el acompañante, casco con identificación y la posibilidad de prohibir el doble acompañante”,explicó.
“Se nota una muy buena predisposición en mejorar la seguridad por parte de quienes formularon esa ley, pero creo que los esfuerzos desarticulados son en vano”, señaló Patricio Char.